martes, 2 de noviembre de 2010

Tarde de Brujas

Peñarol fue de terror en el juego y Liverpool le dio el susto a tiempo.

Fue Halloween. Por lo tenebroso que resultó la primera mitad. Por lo de terror que fue ver a Peñarol cometer error tras error. En todos los sectores del campo. Por la manera en la que Liverpool desperdició las oportunidades que generó frente a una defensa aurinegra que asusta de lo débil que se muestra.

Ganó Liverpool. Fue Halloween, porque Peñarol cayó sin ideas, tratando de poner mucho espíritu en el final del partido. Y, con la pérdida de esas tres unidades dejó que Defensor Sporting se le viniera al humo para compartir la punta del certamen. Si habrá sido una jornada de Brujas.

En la que colaboraron los dos, porque en el primer tiempo solo pudo mirarse con detenimiento las intenciones de Hernán Figueredo de jugar al fútbol, de tratar de armar una jugada con la mayor participación colectiva posible. Con escaso resultado, porque el "Viruta" Vera fue muy empeñoso pero se quedó en eso, nada más.

Del otro lado, en tanto, ni una acción como para lograr que la gente se parara en las tribunas a palpitar un poquito de emoción.

En ese trámite de "yo hago poco porque vos hacés menos", Peñarol recibió un ingreso fantasmal en el área que lo puso en desventaja en el marcador. ¿Y la defensa? Bien gracias, regalando caramelitos.

Con el 0-1 abajo los nervios se incrementaron en mayor medida. Y ni que hablar del clima que se generó tras el golazo de Michel Acosta cuando el segundo tiempo recién comenzaba a acomodarse.

A partir de ahí, con más rebeldía que otra cosa, quedando expuesto al golpe de gracia que Liverpool no supo dar porque abusó en su búsqueda de controlar el partido y de ayudar a las agujas del reloj a moverse más rápido, el equipo de Keosseian entró en un terreno fangoso. El de encontrar a Fernando Falce culpable de todo.

Errores hubo, es cierto, pero ninguno que mereciera tanto descontrol. Así, el partido siguió avanzando y las agujas se transformaron en espadas.

Una cabeza salvadora mandó una promesa al aire. Esa de que metiendo y metiendo se consiguen las cosas. No llegó.

Resulta que era Halloween y no la tarde de los milagros.

La cifra

2 derrotas ya suma Peñarol en el Torneo Apertura: la primera de ellas fue con River Plate.


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