jueves, 2 de septiembre de 2010

Toreamos al Toro

Peñarol se sintió local ayer en Guayaquil. Le jugó de igual a igual y superó al Barcelona en lo anímico y en lo futbolístico. El planteo de Manolo fue arriesgado pero salió muy bien.

Peñarol visitó el Monumental de Guayaquil y jugó como si fuera local. Los dirigidos por Manolo Keosseian realizaron una propuesta ofensiva en tierras enemigas y sorprendieron al Barcelona.

Las subidas de Aguirregaray y Estoyanoff por derecha; la libertad con la que avanzaba Martinuccio por la izquierda, los pases siempre precisos del “Cacha” y el “Pato”, la claridad del “Tony” Pacheco y la movilidad del Chorri Palacios sorprendieron al conjunto ecuatoriano. Peñarol supo ensanchar la cancha y encontró espacios por todos lados, frente a un rival que no sabía cómo frenarlo.

Desde el comienzo del partido, los carboneros tuvieron una actitud ganadora impactante. Salieron a presionar la salida del rival, lo asfixiaron, lo llevaron a cometer errores permanentes. Ensancharon todo el frente de ataque y ganaron todas las divididas. El primer tiempo pudo haber terminado en goleada para Peñarol, pero la falta de contundencia hizo que el Barcelona permaneciera con vida.

Peñarol propuso velocidad, buen ritmo de juego, concentración y un planteo ganador.

Luego del gol en contra de Perlaza, los “amarillos” fueron tocados en su orgullo y se fueron arriba, sin fútbol pero con ganas. Los dirigidos por Keosseian se replegaron unos metros y buscaron contragolpear, pero faltó resolución.

Los últimos minutos fueron de infarto. La expulsión de Estoyanoff desvirtuó el planteo inicial de Manolo y Peñarol terminó jugando para salvar el triunfo, que finalmente se viene a Montevideo.

Los carboneros ganaron porque fueron mejores, fueron más agresivos, más atrevidos. Viajaron a Ecuador y jugaron en el Monumental como si fuera su propio reducto.


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