jueves, 4 de marzo de 2010

Diego Aguirre confirmó el ingreso de Darío Rodríguez

Diego Aguirre dispuso un ensayo futbolístico en la víspera donde paró al equipo que utilizará el domingo ante Cerro Largo. En la cancha principal de Los Aromos, el DT confirmó el ingreso de Darío Rodríguez al lateral izquierdo y el desplazamiento de Emiliano Albín al lateral derecho. Matías Aguirregaray, expulsado ante River, no podrá ser tenido en cuenta por suspensión.

De esta forma, Aguirre armó el clásico 4-4-2 con Sebastián Sosa en el arco; Albín, Gerardo Alcoba, Guillermo Rodríguez y Darío en defensa; Jonathan Urretaviscaya, Sergio Orteman, Marcelo Sosa (por Egidio Arévalo Ríos, en Suiza con la selección) y Gastón Ramírez en el mediocampo; y Alejandro Martinuccio junto a Antonio Pacheco en ataque.

El ensayo, dividido en dos tiempos de 15' cada uno, terminó 0-0. La chance de gol más clara la tuvo Diego Alonso, quien jugó con el combinado suplente y conectó un cabezazo en el palo. Lo más destacado de los titulares fue una subida en diagonal de Darío Rodríguez para encontrarse con un centro al segundo palo de Ramírez y ejecutar un testazo que Gonzalo Noguera sacó a duras penas por encima del horizontal.

Hinchas con acceso restringido

El cuerpo técnico mirasol decidió restringir el acceso de los hinchas a la concentración del club, abriéndoles las puertas exclusivamente el primer día de entrenamiento de cada semana. Debido al buen momento del equipo, la semana pasada Los Aromos contó con una concurrencia de público considerada excesiva para preservar la tranquilidad del ambiente y la concentración de los jugadores, por lo que se impulsó la medida antes comentada. Empero, ayer hubo un grupo de jovencitas que eludió la zona de exclusión y pudo acceder a la cancha auxiliar de la concentración para grabar un video con Eliana Diego, una muchacha que mañana cumplirá 15 años y que fue agasajada en la ocasión. Las muchachas no fueron autorizadas a ingresar a la cancha principal, donde estaba entrenando el primer equipo, pero sí pudieron esperar a los jugadores dentro del predio para conseguir sus autógrafos y fotografiarse junto a ellos. Fue tanta la desesperación exhibida para llevarse la mayor cantidad de firmas posibles que hasta los encargados de seguridad terminaron estampando las suyas.

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