Un ensordecedor "vamos aurinegro, vamos a ganar" brotó desde el alma de los hinchas. El partido estaba cuesta arriba, el equipo no daba pie en bola y tampoco reaccionaba espiritualmente para demostrarle a Goiás que estaba jugando de visitante y ahí se multiplicaron las gargantas.
El "¡sos mi locura, sos mi pasión!" se entonó con el corazón pidiendo permiso para llegar con más fuerza hasta el césped. Se pararon todos y cada uno de los 40.000 hinchas que concurrieron a ver la clasificación a los cuartos de final de la Sudamericana. Y así vino el cambio.
¿Cómo no hacerlo? ¿Cómo no escuchar a los niños, mujeres y abuelos apoyados uno contra el otro pidiendo con una pasión loca "ponga huevo y vaya al frente, carbonero no le falles a tu gente".
Era imposible que no llegara la reacción. Que no se respondiera a tanto clamor popular. Sin fútbol, sí sin fútbol, casi de manera poco ortodoxa, pero con el empuje de cuatro tribunas encendidas Peñarol cambió su cara.
Entonces florecieron los "oh, carbonero, carboneee". Y muchos más cánticos de impulso sanguíneo, de arremetida electrizante por culpa de los fervientes fanáticos que no descansaron ni un segundo.
"Peñarol, te sigo a todas partes con el corazón, tu hinchada se merece ser campeón". Y ahí creció el "Pato" Sosa, apareció en toda su dimensión Guillermo Rodríguez, la victoria y la clasificación se pone a un gol. Nada más que un gol. Es posible. Se apreció en el Centenario que los brasileños acusaron el golpe de encontrarse en una olla de presión carbonera.
Pero cae otro puñal en el corazón y los jugadores quedan congelados. La hinchada demora unos segundos en salir del pozo, para emerger luego con mayor fuerza. Y allá van los centros y los gritos erizan la piel. "Ohhh, vamos el manya, vamos, ponga huevo, que ganamos".
El equipo responde, ataca, va al frente. Claro, lo empuja una ola de tsunami amarilla y negra. Lo obliga 40.000 personas. Esas que, a diferencia de los jugadores, cumplieron.
Estoyanoff: amaneció con fiebre y no fue ni al banco
Como le pasó en la fase anterior, el "Lolo" quedó sin revancha. Contra Barcelona fue por suspensión y ayer porque amaneció con fiebre y decidieron, incluso, sacarlo de la concentración.
Martinuccio: "Se dejó todo, me voy tranquilo"
"Nos mató ese gol en el segundo tiempo, pero me voy tranquilo porque el equipo dejó todo. Estamos muy mal porque le queríamos dar una alegría a la gente y eso nos duele".
Marcao: "Nos defendimos muy bien, fue justo"
"Sabíamos que era difícil jugar acá. Nos hicieron tres goles pero nos defendimos muy bien y merecimos la clasificación. Tenemos que celebrar por pasar pero mejorar si queremos seguir".
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