viernes, 15 de octubre de 2010

El Aliento se hizo Sentir

Peñarol recibió el aliento permanente de unos 200 hinchas.

El calor lo puso esta húmeda Goiania que por estos días está a la espera de lo que sus habitantes dicen que es la recia temporada de lluvias.

Pero al color, sin dudas, lo pusieron unos 200 hinchas que llegaron a esta ciudad del centro de Brasil para alentar a Peñarol.

Además de los 30 que compartieron el vuelo con la delegación, 56 llegaron el martes de noche -salieron en ómnibus desde Montevideo el fin de semana- en momentos en que el equipo terminaba de entrenar en el estadio Serra Dourada. Y otra tanda llegó ayer mismo, procedente de Brasilia, donde se lleva a cabo un congreso de arquitectura con numerosa participación de uruguayos y, por supuesto, hinchas aurinegros.

Ayer al mediodía, entonces, la cotidianidad de los goianenses se vio sacudida por la caminata, en pleno centro de la ciudad, de una banda de hinchas que no paró de cantar por su Peñarol. "¿De onde vem estos? ¿Argentina o Paraguai?", preguntó un desinformado comerciante callejero. "¡Nao, cara! Eles sao do Peñarol do Uruguai", retrucó su compañero, informándole del partido, mientras cortaba las refrescantes frutas que son ofrecidas cada pocos metros a lo largo de la avenida.

La caminata de los hinchas terminó en las afueras del coqueto y cómodo Hotel Castro`s, donde se alojó la delegación. Luego esperaron en la codiciada sombra de los árboles de una plaza contigua hasta la salida del ómnibus con el equipo, dos horas antes del partido.

En el estadio, los aurinegros se hicieron sentir en todo momento; y si hasta en los entrenamientos "los pibes de los trapos" embanderaron el estadio, ni que hablar que anoche el viejo pero vistoso Serra Dourada, tuvo un sector netamente amarillo y negro.

REGRESO. La delegación llegaba esta mañana, gracias al vuelo charter contratado por el club. Una vez terminado el partido, el plantel permaneció una hora en el estadio y luego partió hacia un hotel que queda de paso al aeropuerto.

Allí cenaron y unos 45 minutos después retomaron el camino para abordar el avión, que despegó de Goiania a las dos de la madrugada, hora uruguaya.

Al igual que en la venida desde Montevideo, tras casi una hora y media de vuelo hubo que aterrizar en Curitiba para cumplir con los trámites administrativos en un aeropuerto internacional, categoría que no tiene el de Goiania.


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