Te tocó ingresar en un momento complicado del partido, pero demostraste que seguís siendo una pieza importante en éste equipo.
Si, al igual que todos los muchachos. Todos los que integramos éste grupo estamos prontos y a la orden para intentar dar lo mejor cuando el entrenador lo requiera. Uno trata de aportar, desde adentro o desde afuera de la cancha. Contra Cerro el partido se dio así y me tocó ingresar con el equipo perdiendo 1-0, y me quedo con la felicidad de que Peñarol haya obtenido el triunfo.
¿Cuál fue tu sensación cuando ibas a ingresar y escuchaste que la gente comenzó a reprobar el cambio?
Por ahí la gente interpretó que mi ingreso, cuando el equipo iba perdiendo, podía ser defensivo. Quizás querían otro tipo de cambio. Lo que pasó fue que Guillermo, quién es el alma de nuestra defensa, jugó sentido. Había estado en duda durante toda la semana pasada, pero hizo un gran esfuerzo para estar en cancha y los minutos que jugó lo hizo de una manera excepcional. La gente se pensó que el cambio era defensivo, pero en realidad fue porque un compañero no podía seguir más.
¿Pero creés que los silbidos del sábado eran contra vos o contra el cambio?
Yo no creo que el tema de las reprobaciones hayan sido contra mí. Me parece que los hinchas querían un cambio más ofensivo en ese momento. La gente tiene todo el derecho de opinar y demostrar su parecer. Lógicamente que después, con el triunfo, todas esas cosas pasan.
Son conscientes de que más allá del triunfo no hicieron un gran partido.
Nosotros nos fuimos tranquilos por el resultado. Era un partido muy difícil, en el que Cerro se puso en ventaja muy rápido. Eso nos llevó a desordenarnos mucho por momentos, en los que entramos en el nerviosismo de la gente. Pero son las cosas que tiene éste Peñarol, que te puede ganar un partido en cualquier momento.
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