martes, 19 de octubre de 2010

"Con un poco de dolor, seguro aguanto igual" - Alejandro Martinuccio

Al igual que el cuerpo técnico, el delantero confía en poder jugar mañana ante Goiás, a pesar del fuerte golpe en el tobillo que lo sacó del partido de ida, el miércoles. Martinuccio asumió que en ese encuentro fueron dominados en el primer tiempo, pero que Peñarol mejoró en el segundo, aunque no pudo empatar. Además, analizó su buen momento y los que no lo fueron tanto y hasta lo llevaron a querer irse del club. Por suerte, dice, los referentes del plantel lo aconsejaron y tuvo su revancha en Peñarol.

-¿Cómo está?

-Bien, mucho mejor. Me pude poner las zapatillas, de mañana me probaron y el técnico me dijo que no me apure. La inflamación bajó mucho, la evolución ha sido muy buena y por eso estoy tranquilo, sabiendo que quedan varias horas más y supongo que para el partido voy a estar bien.

-¿Le duele el tobillo todavía?

-Un poquito, pero igual lo importante es que hasta el domingo no podía ni ponerme los zapatos. Ahora, con un poco de dolor, seguro igual aguanto.

-Se viene un partido importante. ¿Qué análisis hace de lo que pasó en Goiania?

-Ellos dominaron en el primer tiempo, pero después se cayeron y, a su vez, nosotros mejoramos. Acá tenemos que ser protagonistas y corregir detalles que no salieron bien, sobre todo al principio. Entramos medio dormidos y ellos aprovecharon para atacarnos; pero después fue un partido trabado en mitad de cancha y no hubo grandes situaciones de gol para ninguno. Nos dimos cuenta que podíamos lastimarlos, pero lamentablemente no pudimos conseguir un gol que nos diera más tranquilidad. Igual, sabemos que estamos sólo 1-0 abajo y que tenemos con qué revertir la situación ante nuestra gente.

-No sé si es polémica el término correcto, pero sí ha dado qué hablar el funcionamiento colectivo de Peñarol, que no es el que se espera. ¿Cómo lo ha visto usted, en la cancha?

-Creo que el partido contra Fénix fue el mejor que hicimos en la temporada, pero después es cierto que no se ha jugado como esperamos. De los últimos, contra River no nos salieron para nada bien las cosas, aunque en el comienzo fuimos superiores. Yo erré un gol, después el "Vasco" no llegó en un centro que le levanté y si hubiésemos hechos uno de esos goles, cambiaba todo el partido. Pero bueno, estaba marcado que no convirtiéramos y después sí, creo que River propuso más que nosotros. Y contra Goiás ya te digo, fue parejo, muy trabado.|

-Dentro de ese marco, usted ha sido de los destacados. Lleva cuatro goles, o golazos.

-Dicen que el mejor gol que hice fue con Cerro, pero a mí me gustó más el que le hice a Fénix. Encaré, gané en velocidad, eludí a uno y cuando vi la oportunidad le pegué y entró, y por eso lo vi más completo que el otro, que tal vez a la gente le gustó más.

-¿Cómo se le explica al hincha que haga esa clase de goles y luego erre algunos que parecen "hechos"?

-Y... son momentos. Yo también si estoy en la tribuna digo "hacelo" y si no lo hace por ahí puteo. Pero el gol contra Cerro fue así, un momento. Vos preguntás ¿cómo entró esa pelota? o decís que la saqué de la galera, y yo digo que así como lo hice, lo pudo hacer otro compañero y de la misma manera, porque estaba tan cerrado el partido que el gol tenía que ser de ese estilo, de otro partido, como se dice.

-Me decían que en los primeros seis meses de su estadía acá no se le conocía la voz, la sonrisa. Y que ahora se ganó su lugar en el grupo. ¿Siente que está en su mejor momento desde que llegó a Peñarol?

-Pasé por un montón de estados desde que llegué a Peñarol y siento que ahora estoy dando mejores cosas que en el torneo pasado. Tuve un semestre difícil cuando llegué, estuve a punto de irme. Me quería ir porque no la estaba pasando bien, pero me hablaron mucho "Tony", Darío y Diego (Alonso) y me quedé. Después vino Aguirre, me vio en un partido y me dio la confianza. Y yo la aproveché, porque el jugador rinde más cuando siente esa confianza y cuando el técnico y los compañeros le sacan peso de encima. Te cuento, cuando hago aquel contra Cerrito en el torneo pasado, hacía tres fechas que no hacía un gol; sin embargo, Aguirre me había agarrado y me había dicho que estuviera tranquilo, que iba a seguir jugando igual, que no pensara en el gol. Y que un técnico te diga eso, te permite salir distinto a la cancha, sin importar los miles de hinchas que están en la tribuna… y antes de los 10 minutos agarré esa pelota y la clavé ahí, más confianza todavía. Desde que me dieron la confianza que necesitaba, me solté, jugué más aliviado y he dado lo que se espera de mí. Hoy, me siento muy bien acá.

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