Llegó a Montevideo en la madrugada del lunes y unas horas después -a las 9:30 para mayor precisión- se presentó en Los Aromos. El argentino Nicolás Domingo fue recibido por el gerente deportivo, Osvaldo Giménez, y rápidamente tuvo su primer encuentro con Manuel Keosseian. Presentación, breve charla e inmediatamente a la revisión médica a cargo de Alfredo Rienzi.
Y, casi sin dormir, pasadas las 11 bajó a la cancha auxiliar de Los Aromos para el trabajo de fútbol en espacios reducidos, donde dejó claro su principal atributo: la marca. "Lo que pasa es que mis compañeros eran todos delanteros. ¡No los iba a mandar a marcar a ellos, tenía que marcar yo!", bromeó el volante formado en River Plate y con pasado en el fútbol de Italia.
La primera impresión, aunque no deportiva y según él de casualidad, fue muy positiva: jugó con botines negros y rayas amarillas; y se retiró de las instalaciones aurinegras con "zapatillas" deportivas negras, con detalles en amarillo. Adentro de la cancha no tuvo tiempo ni espacio para impresionar, pero dejó claro que, físicamente, está para jugar.
Hizo pretemporada en River Plate, desde el 21 de junio, aunque no jugó partidos amistosos. No trabajó con el grueso del plantel por decisión del técnico, Ángel Cappa, y eso precipitó su salida de los "millonarios". "No me fui molesto, aunque es cierto que fue complicado lo que me tocó vivir cuando no me dejaron entrenar con el resto del plantel. Pero son circunstancias que el jugador tiene que superar y hoy Peñarol me abrió las puertas para que lo hiciera", explicó el santafesino, no porteño. "Hoy (ayer) todos me decían porteño y no dije nada porque era el primer día, mañana les diré que porteño no... santafesino", contó.
A préstamo por un año, llegó entusiasmado por la competencia internacional que afrontará Peñarol y con la misión impuesta de suplantar a Egidio Arévalo Ríos. "No es presión. Sé que la gente lo quiere mucho, que hizo un gran Mundial y que no se sabe si sigue acá o no. Lo que se ganó, merecido lo tiene y estaría encantado de que vuelva, aunque no lo conozca", dijo el argentino, de 25 años y que jugó en River con el "Pato" Sosa, quien será su ladero en la mitad de la cancha. También encontró a otro conocido en Peñarol, el entrerriano Jonathan López, con quien compartió plantel en Arsenal.
Domingo nació en Totoras, una localidad de la provincia de Santa Fe, donde pasó el fin de semana. A los 15 años se fue a probar suerte a la capital y cinco después debutó en la primera de River. Fue campeón del Clausura 2008 y emigró al Genoa, donde jugó con el "Pollo" Olivera y Marcel Román. Y volvió a River, pero no tuvo las oportunidades que imaginó. Marchó a Arsenal, a préstamo, retornó a River y hoy está en Peñarol.
"Vengo de un club grande de Argentina, pero es un desafío llegar a otro campeón de América y del mundo, que llena la cancha y tiene la obligación de pelear por todos los campeonatos", sostuvo tras su primer entrenamiento "uruguayo". Keosseian lo esperaba con ganas porque le tiene fe. Él también la tiene.
Las frases
Auto definido
"Sé que en Uruguay todos meten. Y está bueno, porque uno tiene más esa característica. Soy más del sacrificio por el equipo que del juego bonito. Trato de mantener el equilibrio del equipo para darle libertad de ataque a mis compañeros. No soy de esos de hacer goles o meter un pase gol por partido, pero trato de respaldar a mis compañeros y cortar el juego rival lo más adelante posible. Después, se la doy a los que saben".
No le pesa
"Lo que me hizo decidir fue el club. Peñarol tiene las dos copas por jugar, es un grande, con mucha historia y que viene de salir campeón. Igual, ese título no cambia las cosas porque la gente quiere que ganemos el domingo y que Peñarol salga otra vez campeón. Uno ya está acostumbrado por llegar de chico a River, donde también está siempre esa exigencia. No me va a pesar".
¿Para jugar?
"Sí, sí, aunque lo tiene que decidir el entrenador. Si me ve para jugar lo haré, si no seguiré trabajando con tranquilidad".
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