En todas las familias pasa lo mismo. Ahora, antes... y siempre: lo más bravo que tiene un hijo cuando guarda un secreto es decírselo al "viejo" y, si acaso, a modo de sondeo no hay nada como contárselo a la "vieja" primero.
Al parecer, ese "camino natural" es el que eligió el "Chino", al menos a estar por la sorpresa con la que se encontró don Raúl al llegar el domingo de noche a su casa, después de -para su gran felicidad- haber ido a quedarse un rato con los nietos: "Va a jugar...", le deslizó Susana, tímidamente. "¿A Danubio?", fue la pregunta tras la cual vino la respuesta: "Nooo... a Peñarol".
Es más, Álvaro le habría dejado a su madre la promesa de que después se lo iba a decir al padre, pero parece que hasta ayer no había ocurrido. Seguramente, porque sería uno de las "moñas" más difíciles que tiene el "Chino" para hacer en el marco de su extensa carrera.
Es que la familia reconoce su otrora extracción aurinegra, pero en el seno de la misma hay por Nacional un profundo sentimiento de agradecimiento y, a raíz del mismo, ya se intuye la tremenda presión que generaría en el ambiente una eventual decisión del "Chino" de ponerse la camiseta aurinegra.
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