-¿Cómo vivió esta semana?
-La verdad que para nosotros se ha vuelto una revancha muy esperada. Queremos ganar y seguir en la Sudamericana.
-Por lo que se vio, la llave está abierta.
-La sensación ha sido esa desde que terminó el partido en Brasil y tal vez eso es lo que más ansiedad genera; queremos que el partido empiece ya. Sabemos que se puede, pero tenemos que tener la tranquilidad necesaria para demostrarlo en la cancha. Hay que manejar el partido con inteligencia.
-¿Se refiere a no entrar en el apuro de la gente? Hay 90 minutos para hacer un gol.
-Sí, tenemos 90 minutos para hacer un gol, pero también para evitar que nos hagan uno. Sabemos que recibir un gol pondría la clasificación muy complicada, así que tenemos que estar atentos.
-¿Siente que Goiás aprovechó los 15 minutos en los que a Peñarol le costó adaptarse al entorno?
-Sí, es verdad. Aunque más que al entorno, nos costó adaptarnos a la cancha, más grande y en malas condiciones. No es excusa, simplemente que ellos aprovecharon ese desconcierto que tuvimos al principio. Al entorno en sí no lo sufrimos mucho porque gente de ellos prácticamente no había, no nos molestaron, y porque tuvimos un gran aliento de la hinchada nuestra.
-¿En la ida faltó profundidad?
-Faltó en el arranque y después, a medida que fuimos agarrando la pelota, nos fuimos soltando. Sobre todo pasó eso en el segundo tiempo, donde hicimos un poco más de daño, aunque es cierto que la que estuvo más cerca de entrar fue la que pegó en el palo en el primero. Si hubiese entrado esa, hoy estaríamos hablando de otra cosa, pero el fútbol es así.
-Uno ve el cuadro de esta Sudamericana y no parece imposible ganarla. ¿Comparte eso?
-Está linda, sí. Tenemos una ilusión bárbara, por eso esta ansiedad por que empiece el partido, tratar de revertir la situación y avanzar en este sueño que tenemos todo.
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